¿Medir o leer poesía?
Tras pasar mucho tiempo intentando inventar
versos, crear mini-cuentos y descubrir que tenemos algo de poetas y que además
se nos da bien, es normal pensar: “¿y esto para qué me vale?” o “¡La poesía no
sirve para nada!” Y no es nada raro, durante toda nuestra experiencia escolar
se nos ha obligado a trabajar la poesía, la literatura y en definitiva, la
creatividad como algo medible, cuantificable y con reglas y recursos que hay
que memorizar. ¿Dónde está el placer en esto? ¿De qué nos vale el medir un
poema y saber que tiene un encabalgamiento abrupto en los versos 5 y 6? De esta
forma, subjetivamente, siempre hemos considerado la literatura y en especial la
poesía como algo inútil y aburrido. Y nada más lejos de la realidad.
Recientemente, Merche nos recordó una escena
de “El club de los poetas muertos” mientras discutíamos sobre la utilidad de la
poesía y de nuestra labor creativa en el taller de escritura. Esta película,
vital para cualquier futuro maestro, que además de enseñar, quiera marcar una
diferencia en sus alumnos, aglutina a la perfección el actual estado de la
enseñanza de la poesía en el mundo académico y cómo debería enfocarse
realmente, dejando como protagonista los sentimientos que despierta en nuestro
subconsciente.
Os dejamos pues con el vídeo de la escena de
la que hablaba Merche, probablemente una de las mejores de la película,
esperamos que os anime a seguir creando y os haga recordar porqué nos metimos a
maestros.
PD: No dejad de ver "El club de los poetas muertos"
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